Desde las primeras producciones cinematográficas
realizadas en Colombia se empezó a configurar una idea de identidad que
conducía a mostrar cierta visión exaltada y positiva del territorio nacional.
Esto coincidía con la perspectiva aglutinante de lo nacional que se buscaba
desarrollar en la segunda década del pasado siglo por medio de referentes
institucionales; y aunque hasta el momento no había ni asomos de una industria
cinematográfica colombiana (algo que 100 años después no ha logrado
construirse) sí se aprovechaba el estatuto de la imagen que empezaba a circular
mayoritariamente, a través de las imágenes
en movimiento, como vehículo que ayudara a delinear un bosquejo de nación.
Y por la misma razón, se trataba de ocultar aquello que no correspondía con esa
mirada institucional, como es el caso del que es reconocido como primer filme
argumental (El drama del 15 de octubre
(1910-1920)) del cual se dice que fue desaparecido por la censura debido a que
mostraba a los asesinos del general Rafael Uribe Uribe. Algo que dice mucho de
lo que realmente quería mostrarse como propio de la nación. Qué ocultar y qué
mostrar definía la lógica de los imaginarios nacionales desde el estamento gubernamental.
En el texto Miradas esquivas a una nación fragmentada (1) de Nazly López, se identifican tres filmes representativos de esos primeros años y se analizan tratando de ubicar, precisamente, esos rasgos definitorios de lo nacional, sin olvidar que fueron los extranjeros quienes primero se preocuparon por hace cine en Colombia. En Bajo el cielo antioqueño (1925), se toma un territorio (Antioquia) como punto de partida y en éste, los referentes simbólicos que le hicieron eco a esa idea de nación que se promulgaba, teniendo a la cristiandad como soporte. La identidad se da desde lo regional específico, haciendo que la región se convierta en el centro. Este drama romántico costumbrista desnuda el apego por lo tradicional derivado de las creencias religiosas y elogia la irrupción de la modernidad, de la mano de ciertas prácticas productivas a mayor escala. Son identificables, además, los referentes patriarcales (padre, sacerdote, juez) como vehículos potenciadores del Estado, el cual, finalmente, todo lo subsume. Y por supuesto, hay un claro distanciamiento del “otro”, del diferente, del que no hace parte del lugar de élite desde donde se construye la película. Por su parte, en el filme Alma Provinciana (1926) se le da vida a una idea de nación estructurada a partir de lo social, desde las diferencias de clase entre ricos y pobres, desde las jerarquías y las relaciones de poder. La identidad se da a través del uso del “lenguaje popular”, que es más englobante y menos excluyente. La autoridad y las jerarquías están dadas según el posicionamiento económico. En este caso, lo ajeno ya no es diferente, sino que se incluye reconociendo su diversidad, aunque no sea del todo aceptado. Y en Garras de oro (1927), el vínculo con la idea de nación se da por medio de referencias a simbologías universales que exaltan las nacionalidades (himno, escudo, bandera). De ahí que lo que se busca generar es un discurso nacionalista que se levanta contra el despojo que padece un territorio y las consiguientes violaciones a la soberanía nacional. Curiosamente, quienes aquí propician ese discurso nacionalista son extranjeros; no hacen parte de ese pueblo expoliado, y por el contrario, aducen ese hecho a la precariedad de los gobiernos de aquella nación. Las palabras de conciencia nacional son proferidas por un extranjero, mientras que el pueblo (ausente) asiente silenciosamente. Es una manera de enrostrarnos cómo el desinterés en nuestras propias problemáticas ha sido un claro referente de Nacionalidad, concepto que en este caso se asimila con el de Patria.
Poco a poco se nos hace imperativo volver a interrogarnos sobre la categoría “cine colombiano”, y tratar de desentrañar qué es eso que lo define. La pregunta con matices positivistas y basamento cuantitativo que ha recogido el canon, se respondería con cierta evidencia puesto que hay películas realizadas en este territorio ¿pero es esto suficiente? Zuluaga sostiene que dicha categoría va más allá de un corpus de películas o de ciertas “identidades” nacionales; y que tiene que ver más con discursos cuyos significados son cambiantes. Por eso él considera que el cine colombiano es y debe ser cada vez más algo “difícil de definir”. Por tal razón, antes que buscar respuestas esencialistas, es más interesante analizar la producción textual que se ha hecho en el país para identificar las lógicas y los intereses que las movilizan. En ese sentido, el libro del citado autor (3), aporta muy buenos elementos al ubicar los intentos que se empezaron a generar desde los años 50 para “pensar el cine colombiano”. Vale la pena mencionar algunos de esos esfuerzos: la creación del Cine club de Colombia, la edición de las revistas “Guiones” y “Cinemés”, los primeros proyectos de ley para la industria cinematográfica, la crítica de Valencia Goelkel, Gaitán Durán y García Márquez en los grandes medios, el surgimiento de la Cinemateca Distrital, y más adelante (años 70) la preocupación por definir los intereses del cine colombiano desde diversos estrados.
Es muy interesante revisar lo que se ha escrito sobre cine colombiano y corroborar que no es tan poco como usualmente se cree, pues no solo se han desarrollado estudios desde el interior sino que en algunas academias extranjeras también se han realizado investigaciones sobre nuestro cine, tal como lo ha documentado Juana Suárez (4). Sin embargo, hay que anotar que existe un lugar común en la producción textual sobre cine en Colombia: el triunfo de las investigaciones provenientes de las ciencias sociales (básicamente historiográficas) frente a los estudios orientados desde las ciencias humanas que logren ahondar en problemas estéticos, epistemológicos y teóricos. Eso ha definido un interés prioritario (en cuanto a objeto de análisis) por los filmes que tienen una temática preferencial hacia cuestiones sociales, mientras que las obras que han estado más preocupadas por la forma, se las ha pasado por alto. Es curioso que en el libro Como se piensa el cine en Latinoamérica (5), publicado por el Observatorio Latinoamericano de Historia y Teoría del Cine, el editor, Francisco Montaña, advierta en la presentación que hace del mismo, que los artículos allí publicados no responden a esa pregunta inicial por la cual fueron convocados. Esto coincide con el análisis que hace Lauro Zavala, refiriéndose en general a la realidad de los estudios sobre cine en Latinoamérica, cuando dice: “parece seguir dominando el uso del cine con fines disciplinarios o instrumentales por sobre los fines interpretativos y analíticos desde una perspectiva estética, interdisciplinaria y transnacional. En otras palabras, el estudio del cine en la región sigue estando dominado por el interés que tiene como industria cultural (en las carreras de comunicación) más que como una forma de arte” (6).
Notas
1. López
Díaz, Nazly, Miradas esquivas a una
nación fragmentada – Reflexiones en torno al cine silente de los años veinte y
la puesta en escena de la colombianidad, Bogotá, Instituto Distrital de Cultura
y Turismo – Cinemateca Distrital, 2006.
2.
Zuluaga, Pedro Adrián, Cine colombiano e identidad
cultural: respuesta a una estudiante, publicado en el blog “Pajarera del
medio”, 2012. Web: http://pajareradelmedio.blogspot.com/2012/03/cine-e-identidad-cultural-respuesta-una.html
3. Zuluaga,
Pedro Adrián, Cine colombiano: Cánones y
discursos dominantes, Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo – Cinemateca
Distrital, 2013.
4.
Suárez, Juana, Miradas
desde el norte – la academia estadounidense y el cine colombiano, en
Cuadernos de cine colombiano, Cinemateca Distrital, 2008
5. Montaña,
Francisco (editor), Cómo se piensa el
cine en Latinoamérica – aparatos epistemológicos, herramientas, líneas, fugas e
intentos, Universidad Nacional de Colombia, 2011
6. Zavala,
Lauro, La teoría del cine en la región
iberoamericana y los problemas de la insularidad regional, ponencia
presentada en el Encuentro Latinoamericano de Investigadores de Cine,
Universidad Nacional de Colombia-Ministerio de Cultura, 2010
7. Hall,
Stuart, citado por Manuel Silva Rodríguez en su texto: La identidad nacional como producción discursiva y su relación con el
cine de ficción, publicado en Revista Nexus Comunicación, No. 9,
Universidad del Valle, 2011
8.
Silva Rodríguez, Manuel, Ibídem.
Imágenes tomadas de la circulación libre en la red
Excelente, Mil Gracias por publicar este contenido.
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