1/31/2011

RETROSPECTIVA THEO ANGELOPOULOS



“Ahora, más que nunca, el mundo necesita cine. Puede que sea la última forma importante de resistencia ante el deteriorado mundo en el que vivimos. Al tratar de fronteras, límites, la mezcla de idiomas y culturas de hoy, intento buscar un nuevo humanismo, una nueva vía”.

(Theo Angelopoulos)

En la semana que va del 21 al 26 de febrero, en el cine club de la Universidad Central de Bogotá, se presentará una retrospectiva del director griego Theodoros Angelopoulos, quien es, sin duda, uno de los directores vivos más importantes de la cinematografía mundial. Esta será una gran oportunidad para acercarnos a una Obra Mayor, pues en cada uno de los filmes de Angelopoulos encontramos, riqueza estética, coherencia temática y una clara disposición para renovar y revitalizar el universo cinematográfico.

La obra de Angelopoulos se aleja de la narrativa convencional para instalarse en las proximidades del “cine de poesía”, esa sugestiva propuesta conceptual que desarrollara Pasolini, tras encontrar en el cine la especificidad de la “subjetiva indirecta libre”, con la que nos es posible establecer una relación con la imagen mediante un proceso que es netamente estilístico mas no lingüístico.

El cine de Angelopoulos, además, es un cine que traspasa fronteras (del mito y la realidad, del pasado y el presente, de la quietud y el movimiento, del silencio y del sonido, de lo griego y de lo foráneo) y que se ubica en las superficies, desde donde fluyen con mayor intensidad esos brotes de resistencia locales, que se expanden por contagio, alcanzando rápidamente dimensiones globales.

En la presente retrospectiva, podremos conocer la ópera prima de Angelopoulos (Reconstrucción, 1970); la Trilogía Histórica (Días del 36, El viaje de los comediantes y Alejandro el Grande) con su epílogo, Los cazadores. Asimismo, visualizaremos la Trilogía del Silencio (Viaje a Citera, El apicultor y Paisaje en la niebla); y finalmente, dos filmes de la Década del Noventa (La mirada de Ulises y La eternidad y un día), con los cuales, el director griego se posicionó definitivamente en diversos ámbitos culturales como un director de interés planetario.

La retrospectiva estará acompañada por una conferencia, Theodoros Angelopulos: la poética del viaje, a cargo de Omar Ardila, en la que se abordará la obra de Angelopoulos como todo conectado por la dinámica del viaje (interior, poético, histórico y político-estético).

La programación es la siguiente:
Lunes 21 de febrero
3:30 P.M.
RECONSTRUCCIÓN, Theo Angelopoulos, Grecia, 1970, 98'
6:30 P.M.
DÍAS DEL 36, Theo Angelopoulos, Grecia, 1972, 100'
 Martes 22 de febrero
3:30 P.M.
LOS CAZADORES, Theo Angelopoulos, Grecia, 1977, 150'
6:30 P.M.
EL VIAJE DE LOS COMEDIANTES, Theo Angelopoulos, Grecia, 1975, 210'
 Miércoles 23 de febrero
3:30 P.M.
VIAJE A CITERA, Theo Angelopoulos, Grecia, 1983, 130'
6:30 P.M.
ALEJANDRO EL GRANDE, Theo Angelopoulos, Grecia, 1980, 200'
 Jueves 24 de febrero
3:30 P.M.
EL APICULTOR, Theo Angelopoulos, Grecia, 1986, 120'
6:30 P.M.
PAISAJE EN LA NIEBLA, Theo Angelopoulos, Grecia, 1988, 125'
 Viernes 25 de febrero
3:30 P.M.
LA MIRADA DE ULISES, Theo Angelopoulos, Grecia, 1995, 170'
6:30 P.M.
Inicio Temporada 15 Zinema Zombie (Entrada libre)  
 Sábado 26 de febrero
3:30 P.M.
Conferencia: THEO ANGELOPOULOS LA POÉTICA DEL VIAJE (Entrada Libre)
Conferencista: Omar Ardila
6:30 P.M.
LA ETERNIDAD Y UN DÍA, Theo Angelopoulos, Grecia, 1998, 130'

Para información adicional pueden visitar los sitios web: www.defilm.net y http://cinesentido.blogspot.com o llamar a los teléfonos: 3340293 – 3413251 – 2433859.


SINOPSIS DE LAS PELÍCULAS

Reconstrucción: Película inspirada en un crimen real, que Theo Angelopoulos conoció a través de la crónica de sucesos. La idea es reconstruirlo tal y como lo interpreta el propio director, y según las versiones de la policía y de la prensa. Pero sobre todo estamos ante un cuadro sociológico de la Grecia rural y profunda: la acción transcurre en una pequeñísima villa que se está despoblando, y vemos cómo los hombres emigran a Alemania para poder alimentar a los suyos. Precisamente el crimen que describe el film es el que cometen una mujer y su amante, cuando vuelve el esposo de Alemania, cuestión que Angelopoulos conecta con la Orestíada de Esquilo, reinterpretada para la ocasión.
Con fotografía en blanco y negro, y la presencia cadenciosa y melancólica de la lluvia, el director griego pinta con parsimonia y sobriedad una miseria y austeridad de vida que se pueden palpar, las reacciones de la gente, y el triste destino que aguarda a los hijos de la familia a la que ha sacudido el asesinato.
Premios a la Mejor Dirección Novel, Fotografía, Película y Actriz; y Premio de la Crítica Festival de Tesalónica, 1970
Premio Georges Sadoul. “Mejor Película del año proyectada en Francia”, 1971
Premio de la FIPRESCI Festival de Berlín, 1971.
Premio a la Mejor Película Extranjera Festival de Cine de Hyères, 1971.

Días del 36: En los años de la dictadura de Metaxas, un policía ex traficante llamado Sofianos cumple condena por el asesinato de un sindicalista durante la celebración de un mitin. El político conservador Kriezis, que tuvo una relación con Sofianos, va a visitarle, y con una pistola, Sofianos toma a Kriezis como rehén y chantajea a la policía para que le pongan en libertad. Drama político con el que consiguió ser premiado en el Festival de Berlín. Premios a la Mejor Fotografía y Dirección. Festival de Tesalónica, 1972
Premio de la FIPRESCI a la Mejor Película Festival de Berlín, 1973.



El viaje de los comediantes: En los años de la dictadura y posterior ocupación nazi en la Grecia de los 40, una compañía teatral se dedica a viajar de pueblo en pueblo representando obras, pero los acontecimientos y los conflictos políticos siempre acaban interrumpiendo las representaciones. Aclamado cuadro político de una época de Grecia, con un gran trabajo de realización y del uso de la fotografía. El director Theo Angelopoulos describe también las tragedias personales de los protagonistas, hombres y mujeres nómadas que procuran inyectar un poco de entretenimiento a las gentes del lugar.
Premio de la FIPRESCI Festival de Cannes, 1975.
Premios a la Mejor Película, Director, Fotografía, Guión, Actor y Actriz Festival de Tesalónica, 1975
Premio “Interfilm” · Festival de Berlín (“Forum”), 1975
Sutherland Trophy a la Mejor Película del Año · British Film Institute, 1975

Los cazadores: Nochevieja de 1976. Un grupo de cazadores de la burguesía griega encuentra un cadáver semienterrado en la nieve, milagrosamente conservado por el frío. Por el uniforme que lleva parece tratarse de uno de los miles de partisanos que fueron asesinados durante la cruenta Guerra Civil. El grupo de perplejos cazadores y sus mujeres rememorará los años que siguieron a la Guerra Civil frente a la silente e inquietante presencia del cadáver. 
 “Golden Hugo” a la Mejor Película Chicago International Film Festival, 1978.





Alejandro el Grande: Un grupo de aristócratas ingleses es secuestrado por un bandido (Omero Antonutti) que cree ser la reencarnación de Alejandro Magno. El grupo es conducido a un pueblo situado en la montaña, en el que se ha instaurado una pequeña sociedad comunal y donde pronto estallarán las desavenencias en el seno de la comunidad, dirigida por el despótico y atormentado Alejandro y sus adláteres.
León de Oro, Premio de la FIPRESCI y Premio “Cinema Nuovo” · Festival de Venecia, 1980.




Viaje a Citera: Un director de cine intenta escribir una película, en ella un viejo combatiente comunista, exiliado en la Unión Soviética desde los días de la guerra civil, regresa a su país tras 32 años de ausencia, para reunirse con su esposa y sus hijos, pero la sociedad ha cambiado y su presencia es una molestia para todos.  

Premio al Mejor Guión y Premio de la FIPRESCI Festival de Cannes, 1984.
Premio de la Crítica Festival de Río de Janeiro, 1984.






El apicultor: Tras el matrimonio de su hija, Spiros (Marcello Mastroianni), maestro de escuela, decide retomar la profesión de apicultor de sus ancestros. Apesadumbrado por una vida cargada de frustraciones y renuncias, abandona a su mujer y emprende un viaje con sus panales siguiendo la ruta de los apicultores griegos. En el camino, su destino se cruzará con el de una joven que hará despertar, por última vez, el deseo del hombre.





Paisaje en la niebla: Dos niños griegos viajan en un tren para buscar a su padre. El trayecto estará lleno de experiencias donde los pequeños conocerán el bien y el mal, la alegría y el dolor. Hablar de Theo Angelopoulos es hablar de un cine poético, abstracto y metafórico. Son historias de personajes profundos en busca de algo, y los niños están presentes muchas veces como símbolo de semillas vivas que tienen que germinar en un mundo difícil, oscuro e incierto. Los escenarios son lúgubres, fríos y nebulosos, donde los elementos naturales son los encargados de crear estos ambientes. Cine de autor con el sello de Angelopoulos que recibió el premio Felix a la mejor película europea en 1989.


La mirada de Ulises: A., un cineasta de origen griego exiliado en Estados Unidos, emprende un viaje a la tierra de sus orígenes, que le lleva a recorrer Grecia y los Balcanes, hasta Sarajevo; teóricamente busca una mítica película de los hermanos Manakis, obra magna que se supone resume medio siglo de historia de la zona; pero sobre todo tenemos a un personaje a la búsqueda de sí mismo, teniendo muy en cuenta los parámetros culturales que han hecho de él, al menos en gran parte, quien es. Bellísima aunque hermética película del director griego, estructurada según el esquema de "La Odisea" de Homero, donde A. (un estupendo Harvey Keitel), naturalmente, retoma el papel de Ulises. Sin apenas palabras, hay como un grito silencioso por el odio que ha contribuido a la tragedia de los Balcanes. Y está siempre latente el anhelo de la amistad y el amor, capaces de llenar la vida del hombre.

La eternidad y un día: Alexandro es un escritor enfermo al que le quedan unos pocos días de vida. Cuando conoce a un niño albanés, inmigrante ilegal, que trabaja en los semáforos limpiando, Alexandro decide pasar un día entero junto al pequeño, recordando tiempos pasados e intentando conocer el significado de la vida. Además, la carta de su mujer Anna, escrita en un verano de hace treinta años, le evocará momentos imborrables que Alexandro intentará revivir. El suizo Bruno Ganz realiza un buen trabajo como enfermo terminal, en tanto que los elementos naturales como el agua, el viento o la tierra juegan un papel importante dentro de la película, envolviendo a la historia en un aire evocador. La eternidad y un día..., o la vida que le queda al protagonista después de la muerte y unas pocas horas en este mundo para recordar lo que fue, lo que hizo y lo que deja.


Imágenes tomadas de la circulación libre en la red